martes, 31 de diciembre de 2013

Yo también quiero un jersey del lidl (feliz 2014)


 
          A Gary le habría encantado disfrutar siendo un hombre rico y acomodado, pero el país no se lo estaba poniendo nada fácil. A su alrededor, millones de norteamericanos con los millones recién acuñados se embarcaban en idéntica búsqueda de lo extraordinario: comprar la perfecta casa victoriana, bajar esquiando por una ladera virgen, tener trato personal con el chef, localizar una playa sin huellas de pisadas. Mientras, otras varias decenas de millones de jóvenes norteamericanos carecían de dinero, pero andaban en persecución del Rollo Perfecto. Y la triste verdad es que no todo el mundo podía estar en el rollo. Porque, entonces, ¿donde queda lo normal y corriente? ¿Quién desempeñará la desagradecida tarea de ser una persona relativamente no enrollada?

 

 
*Jhonatan Franzen. Las correcciones.


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